Pienso que quien no haya estado en un terremoto fuerte nunca antes, se le hará difícil estar preparado para un terremoto de gran magnitud. Son los temblores pequeños y nos quedamos quietos por segundos hasta que al fin reaccionamos.
Mi abuela le contó a mi mamá que cuando ocurrió el gran terremoto del año 1918, no paraba de temblar, hubo muchas réplicas. Tenían que amarrar los calderos, cafeteras, etc. al techo porque a cada rato se caían. Estuvieron con réplicas durante más de un mes.